El descenso de Pixar hace un par de años, luego del estreno de Toy Story 3, fue universalmente reconocido al segundo en que Cars 2 irrumpió en salas. A esta vaga secuela le siguió la simpleza de Valiente, y una entretenida, pero poco sustancial, precuela de Monsters, Inc. Sumemos a eso un año sin estrenos, como fue el 2014, y el estudio acabo perdiendo ese sentido de aprobación asegurada, el cual había ganado con años de esfuerzo y originalidad. En la primera parte de 2015, año en que Pixar cuenta con dos trabajos, el estudio ha resucitado su encanto con un solo proyecto. El tipo de película que alguna vez nos hizo creer que la compañía de animación no podía cometer ningún error. Este film es la emocionante, inteligente y bastante mágica, Intensa-Mente.
Partiendo desde un concepto extremadamente inventivo, Inside-Out se presenta como una aventura dentro de la mente. La mente de la joven Riley para ser exactos, quien nace y, como todos en el mundo del film, desarrolla en su mente cinco emociones. Estas son Alegría, Tristeza, Furia, Desagrado y Temor, pequeñas voces en su cabeza que la hacen quien es, y por lo tanto la acompañan en sus mejores y peores momentos.
Lo presentado, es la simple base de la película, ya que en solo algunos minutos, la misma empieza a centrarse en todos los mecanismos que implican el pensar, el tener una idea y el funcionamiento de los pensamientos elementales que guían nuestras personalidades. Material complejo e incoherente que rápidamente cobra sentido y simpleza, a medida que vemos a Riley crecer hasta llegar a sus 11 años de edad. Una edad en que su vida cambia, y en la que sus emociones pierden el control de su mente.
Evitando revelar detalles, y ahorrándome así explicaciones que la cinta ofrece con mayor claridad, la aventura se ubica dentro y fuera de Riley, experimentando los conflictos dentro de su mente y las consecuencias de esas decisiones tomadas. Aun siendo cinco, Intensa-Mente se centra en dos emociones clave, Alegría y Tristeza, quienes nos llevan a través del cerebro humano y sus distintos engranajes, una vez que se pierden en el mismo y deben encontrar el camino de regreso al lugar donde trabajan.
Entonces, con secuencias dentro y fuera de la mente, es difícil separar todos los elementos en Inside-Out, viéndolos en perfecta armonía. Supongo que aun con su emocionante narrativa y humorístico entretenimiento, lo más cautivante de la 15ª película de Pixar es la pureza de su imaginación. Por supuesto, nada de lo que presenta tiene sentido ni coherencia, pero aceptando su primera idea, las cosas se abren para dejarnos mundo funcional que nunca nos deja cuestionar sus partes. Siendo francos, sus mecanismos empiezan a sorprendernos una vez que dejamos la butaca. Dado que, para pensar con claridad acerca de su mundo, uno debe borrar su sonrisa, recobrar el aliento y secarse alguna de las lágrimas esporádicas que provoca el relato en sí mismo. Esas últimas son emociones que ningún cine animado ha recolectado en años. De hecho, desde Up o Toy Story 3 que no las vemos en conjunto, y siendo esas dos las cintas más memorables de Pixar en un largo tiempo, no hay porque esperar para decirlo; Intensa-Mente es otro clásico instantáneo por parte del estudio de animación.
La idea detrás de sus personajes es ingeniosa, aunque algo obvia. Sin embargo, las emociones siempre consiguen ser carismáticas y cómicas. Cada una se rige por el tipo de emoción que es, y por más que suene como algo repetitivo, sus actitudes nunca aburren. Siguiendo especialmente a Alegría y Tristeza, ambas emociones forjan una humorística relación que funciona a base de la positiva actitud de Alegría y la perezosa y deprimente actitud de Tristeza. Puede que resulte una referencia algo vaga, pero la actitud de esa última me recuerda a la del deprimido robot Marvin en La Guía del Viajero Intergaláctico, y quienes la hayan visto, sabrán lo efectiva que puede ser ese tipo de comedia. Por lo que la frontera cómica queda cubierta, pero no es la más importante.
El hecho de que Intensa-Mente transcurra en dos escenarios a la vez, obliga al film a saltar de uno a otro con soltura. El ritmo que encuentra es perfecto, comprendiendo que entraremos y saldremos de la mente de Riley constantemente. Unas cuantas transiciones nos ayudan a entrar y salir, pero pasada la primera mitad, el film se permite pasar de secuencia en secuencia sin ninguna animación de por medio que indique a donde nos dirigimos. Eso hace que el ritmo sea entretenido y natural, y hasta se arriesga a que los más jóvenes en la sala pierdan el hilo. Pero es la decisión correcta por el bien del relato, el cual se convierte en una carrera contra el tiempo, con consecuencias fuera del escenario principal.
Refiriéndome a los niños más jóvenes, que seguro visitaran los cines para ver el film y me alegra que vayan a hacerlo, Inside-Out es probablemente una de las películas más adultas proporcionadas por Pixar. Wall-e siempre será su obra maestra hablando de madurez debido a sus temas, pero la casa animada presenta ahora su trabajo más complejo. No es nada que no se pueda entender, ya que las líneas básicas son simples, pero para exprimir hasta el último elemento, es necesaria cierta velocidad mental a la que los más chicos no podrán acceder entre tantas distracciones. Seguro pegaran sus ojos a la pantalla gracias a la excelente animación y buen sentido del humor. Sin embargo, todo es más reconfortante sabiendo que en algún momento de sus vidas, cuando revisiten esta historia, unos cuantos temas adicionales les darán una experiencia completamente diferente. Por no decir que la misma les resultara extremadamente emotiva, algo que le ocurrirá a los adultos instantáneamente.
El director y guionista Pete Docter no es ningún extraño para Pixar, habiendo creado Monsters, Inc. en 2001 y entregando una de las mejores propuestas del estudio con Up. Así que Inside-Out tampoco sorprende al funcionar, sabiendo que Docter es alguien de confianza. Ahora, más allá de la perfeccionada animación que él rige, es su guion el que otorga ese sentido de asombro e inteligencia. Porque el film es inteligente. Ese ingenio en su concepto es algo invaluable en el cine animado, y con el mismo, el relato logra valer mucho más que la competencia. No es suficiente quedar satisfecho a base de dibujos animados, para poder valorar los mismos es necesario encontrar algún tipo de sustancia. Y la película derrama sustancia, tratando excelentes valores y verdades, con la fascinante explicación de cómo funciona nuestra mente.
Parte de la promesa de Intensa-Mente es explicarnos que ocurre en nuestras cabezas, y la película responde, a su manera por supuesto, exponiendo todo con absoluto detalle. Ese detalle se ocupa de desarrollar el simple pero a la vez profundo argumento de su verdadera protagonista, una niña de 11 de años. Con eso en mente, el personaje de Alegría se cuestiona en cierto momento que podría pasarle a Riley, siendo una simple joven creciendo. Puedo decirles con exactitud qué puede pasarle mucho, y lo que le ocurre es cómico, emotivo y fascinante. Al igual que lo es Intensa-Mente, el esperado y triunfal regreso de Pixar.
Extra: Si bien el tiempo de descanso le sentó bien, Pixar probo eso con su largometraje y no con su cotidiano corto previo a la película principal. Walt Disney Animation había mantenido la tradición de los cortos antes de la presentación estelar con segmentos animados geniales como Paperman, Get a Horse! y Feast, pero Pixar presenta algo bastante agotador antes de Intensa-Mente. El corto en esta ocasión es Lava, un segmento musical que desde el primer segundo se apega a su espíritu cantor y nunca lo suelta. El relato sigue a un Volcán que canta en busca del amor, pero tanto esa búsqueda como la canción en sí exprimen hasta el último trozo de entusiasmo. Pensándolo mejor, quizá es una buena forma de que disfrutemos más de Intensa-Mente. Espero que Lava sea el último episodio de esa etapa mediocre de Pixar.