Crítica | Terminator: Genesis (2015)

terminator-genesis-criticaAdemás de ser una de las mejores películas de 2015, Mad Max: Fury Road demostró como un clásico puede ser revitalizado, ya sea como secuela o como remake. Por eso, cuando la franquicia de Terminator, otro producto de los 80 como fue Mad Max, plantea reinventarse, la idea suena más atractiva que nunca. Reunir sus elementos en una secuela narrativamente similar a las entregas más memorables de la serie, es el tipo de noción indicada en un Hollywood cada vez más explosivo pero menos efectivo.

Todas esas palabras simbolizan lo más cordial que puedo ser con una película que, sonara entretenida en papel, pero es un infierno entreverado a la hora de experimentarla. Los elementos básicos están de vuelta, John Connor, Kyle Reese, Sarah Connor y el mismísimo T-800 interpretado por Arnold Schwarzenegger, pero esto no es The Terminator. Todos ellos son peones en una historia perteneciente a una de línea de tiempo alterna, una que de primera mano se prepara para que los fanáticos la descarten en un par de años.

Aun como fiel seguidor de la franquicia iniciada por James Cameron en 1984, de verdad me cuesta seguir el tipo de película que le toca dirigir a Alan Taylor (Thor: Un Mundo Oscuro). Se trata de un relato que cambia las reglas del juego pero aún se auto-proclama como quinta entrega. Una que por momentos funciona como tal, por otros repite lo ya conocido y por último se dedica a reinventar el legado establecido por Cameron. Aparentemente el director de Avatar y Terminator: El Juicio Final (la indiscutible entrega suprema en la serie) cree que Terminator: Génesis es el verdadero regreso de la franquicia, pero aun con el respeto que le tengo a Cameron, debo discrepar con el mismísimo hombre blockbuster. Y desear además, que hubiera sido él quien se encargara de este proyecto.

Sabiendo que no tiene ningún sentido, mantendré el argumento en corto. Lo cual, evitando revelar las sorpresas, me deja la ardua tarea de crear algún tipo de coherencia. La narrativa comienza con un mundo post-apocalíptico en el que Skynet, un bando de máquinas asesinas (Terminators) liderado por una inteligencia artificial, busca la extinción de los humanos. En esta época, nos topamos una resistencia humana liderada por John Connor (Jason Clarke), quien se mantiene firme junto a su mano derecha, un joven llamado Kyle Reese (Jai Courtney).

Durante una batalla clave, Skynet es derrotada, pero antes de darse por vencida, su as bajo la manga es enviar a un Terminator (Arnold Schwarzenegger) al pasado para asesinar a Sarah Connor (Emilia Clarke), la madre de John, y prevenir asi la aparición de una resistencia desde el principio. Por su parte, John envía a Reese detrás del Terminator para detenerlo y… y para que me esfuerzo…

Hasta este punto, lo expuesto no es más que el argumento de la primera Terminator, y lo que sigue no hace más que complicar lo que alguna vez fue un gran relato. Eso incluye viajes en el tiempo dentro de otros viajes en el tiempo, un Terminator envejeciendo y giros sin sentido o necesidad de que existan. Pero ahí están, listos para crear escenas de acción completamente desechables y confundir a un espectador cada vez más agotado.

Pensando en lo básico del cine de acción de los 80, en el que alguna vez fue importante el guion, uno llega a una única cuestión relevante respecto a Terminator: Génesis. La pregunta es fácil de formular y fácil de responder. Así que, ¿es entretenida?

El film sostiene constantes despliegues de acción, sin embargo, ninguno es medianamente memorable. Ya sea que la escena nos recuerde a otra mejor en la serie, o sus efectos visuales se vuelvan monótonos frente a constantes androides que demuestran ser indestructibles, Génesis no cuenta con una cuota confiable de acción. Si, ahí está Schwarzenegger (lo mejor de la película por cierto), el amo del cine de acción en los 80, retomando un papel icónico. Pero ese papel no es suficiente para revivir un producto lamentablemente cansado. Es decir, cuando una sonrisa exagerada por parte de ese actor austriaco es lo más memorable en un film de 120 minutos, eso es que algo no funciona muy bien.

Aun con un elenco respetado (excepto por Jai Courtney, quien sigue actuando de forma aburrida), Terminator: Génesis simplemente no funciona. El argumento es confuso y gastado, la acción intrascendente y la dirección de Alan Taylor sigue cada paso sin gracia alguna. A fin de cuentas, explosiones y explicaciones aparte, esta quinta entrega o reinvención no llega a ningún lugar estimulante. El regreso de la franquicia luego de 6 años sepulta a la misma por tercera vez. Ya sea con o sin Arnold Schwarzenegger, Terminator de verdad murió hace unos 25 años, cuando El Juicio Final irrumpió en cines. Por su parte, Génesis mantiene la franquicia tan extinta como estaba hace unos meses, y ése, desgraciadamente, es mi juicio final. Ya va siendo hora de olvidar el I’ll Be Back

3/10

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