Idris Elba demuestra lo necesario para ser hombre de acción en este thriller que funciona pero no sobrepasa la línea del entretenimiento.
Llevo esperando que Idris Elba reciba un verdadero papel de acción desde que alguien sugirió que podría interpretar a James Bond. Creo que Elba hubiera funcionado bien en el rol del espía británico, pero a este punto, puede que 007 esté fuera de su alcance. No cabe duda que el actor tiene el carisma y fiscalidad necesarios, ya que lo demuestra como el agente Briar de Atentado en París, el tipo de película que le da un sólido héroe a su actor principal, y cuyo mayor problema es no tener claro qué clase de cine pretende ser. Ahora, como producción de acción, sus intenciones son básicas y no traiciona sus instintos.
Bastille Day está aquí para entretener. Por más que ella misma se entrevere con lo que hace, ni su corta duración ni su problemático argumento pueden detenerla de crear un sencillo entretenimiento. Francamente, su mayor pecado acaba siendo el no darle a Idris Elba más tiempo en pantalla. El actor encarna a Sean Briar, un agente de la CIA desafiante y terco con la tarea de cazar a Michael Mason (Richard Madden), un carterista y presunto terrorista que pone en riesgo a todo París, ciudad en la que Briar opera de incognito. Bajo un estado de alerta, la capital francesa necesitará que Michael y Briar se unan para detener el plan que se ejecuta a sus espaldas, uno que los ha tenido de peones en un juego mayor.
A partir de ese argumento, la película funciona como uno esperaría en cuanto a ritmo, lo que da lugar a tantos altos como bajos. En torno a los altos, la acción en el film es lógica y bien trabajada, incluyendo algunas persecuciones, un par de golpes y un tiroteo final con fuerza. La menor parte de este thriller se centra en acción, pero cuando ésta entra en juego, la misma funciona y es justificada. Nadie se detiene durante 10 minutos simplemente porque necesita agregar una secuencia de acción, y eso es valioso en un mar de historias que se sienten obligadas a ordenar la acción para crear el mismo ritmo cansado.
Sobre los bajos, Bastille Day se choca con su mayor obstáculo en el tono. Por momentos la película solo quiere divertirse y en otros se toma todo demasiado en serio. Ninguno de esos tonos está mal, pero su mezcla en el film propone dos rutas más acordes para lo que intenta este thriller. La ruta 1 supondría un tono más liviano, con más humor y química entre los protagonistas (que de por sí la hay). Acompañemos eso con más acción y listo. La ruta 2 tendría que nivelar y crear más brutalidad con cada decisión. Hay espacio para más realismo y la misma cantidad de entretenimiento, por eso es que lo exijo, porque la propia cinta me enseña que es capaz de dar más madurez.
Una cosa es segura, en cualquiera de los dos caminos mencionados es necesario adherir más Idris Elba. Elba es uno de las mejores armas que tiene Atentado en París, ya que el papel de agente duro e implacable le queda especialmente bien. Su química con Richard Madden es notoria y lo mejor llega cuando ambos están juntos en pantalla. Sobre Madden, el hace lo que debe con el papel de carterista metido en un problema, personaje que suma mucho introduciendo una dinámica de robos y movimientos rápidos. Su actuación es convincente, aunque creo que debería haber más empatía por parte de su personaje y sus acciones.
La analizo y le busco formas de reconstruirla, y aun así Bastille Day cumple donde debe. La duración es escasa y la cinta no hace más que moverse, factor que contribuye a atrapar a un espectador que sabe lo que busca. No hay demasiadas apuestas, simplemente se trata de ver a un sólido Idris Elba resolviendo problemas a golpes, en una narración tonta que al menos se toma su tiempo para esconder ese hecho. Al final del día, lo que más golpea a este thriller de acción en París es su desafortunado titulo traducido. Debido a los acontecimientos recientes en la capital de Francia, jugar con atentados en esta película es delicado, y todo empeora con el título Atentado en París. El contener un lado serio (a medias) fue una buena decisión, por lo menos éste rescata al film de parecer irrespetuoso hacia los eventos mencionados. Habiendo creando tensión y evitado una posible desconsideración, no puedo pedir mucho más de Bastille Day, y creo que cualquiera que quiera verla acabará teniendo la misma actitud una vez que lo haga.