Ariel Winograd regresa con una comedia familiar funcional y enérgica
Soy un fiel seguidor de Ariel Winograd (Sin Hijos, Mi Primera Boda), al punto en que lo considero el líder actual de la comedia argentina. Admitiendo eso, podrían pensar que no juzgaré su nueva película, Mamá se Fue de Viaje, con la objetividad necesaria; y efectivamente, estrían en lo correcto. Es necesario que aclare este asunto antes de imponer un veredicto, dado que mi interés en el director me aleja de disfrutar más su comedia familiar. Encabezada por un confiable Diego Peretti y balanceando humor con soltura, no hay nada mediocre aquí. Quizá deban quedarse con eso, dado que yo no puedo ir más lejos por un única razón: Mamá se Fue de Viaje no es tan sobresaliente como el resto del cine dirigido por Winograd. Este hecho tampoco quiebra su racha, solo hace que mi segura recomendación tenga una pizca menos de entusiasmo.
Peretti interpreta a Víctor, un hombre de familia con cuatro hijos, quien se encarga de poner el pan en la mesa. Mientras él va a trabajar, su esposa Vera (Carla Peterson) se ocupa de los chicos y de todo lo relacionado al hogar, rutina que la tiene más saturada que de costumbre. Así es que un día, la labor de madre acaba por quebrarla y la empuja a tomar unas soñadas y merecidas vacaciones. Por supuesto, su marido la apoya, pensando que ese trabajo de madre es de lo más sencillo, pero no podría estar más equivocado. Es así que Víctor se encuentra rezando para que Vera regrese lo antes posible y le devuelva la paz a su vida. De hecho, si no pone orden rápido, puede Vera no tenga casa a la que volver, a medida que los cuatro jóvenes y su padre ponen todo patas arriba.
Notarán que ya hemos visto esta trama incontables veces, al punto en que no se trata de cuanto tome prestado, sino de que tan bien lo ejecute. Las travesuras infantiles, el padre sobregirado, los adolescentes irrespetuosos; todo está en el libreto de Mariano Vera, quien dibuja una película con ritmo básico de comedia familiar norteamericana. Eso no es raro tratándose de un guion filmado por Winograd, dado que él es amo de una sólida ejecución convencional sobre el particular humor argentino. Es así que Mamá se Fue de Viaje le queda como un guante al director, encontrando formas de mantener el ritmo y presentar una situación colorida constantemente. El problema es que esas situaciones no son tan cómicas como suponen, y acaban catalogando al producto como un esfuerzo para una matinée, no la clase de fiesta cómica que su cineasta es capaz de conjurar. Pero, para la medida cantidad de risas, el entretenimiento sí tiene constancia, particularmente gracias al comprometido Diego Peretti, la principal fuente de las carcajadas. Su aporte como padre agobiado es certero, y ejecuta las líneas con más habilidad que cualquiera.
Mirando Mamá se Fue de Viaje, es difícil no pensar en películas de intenciones similares, como por ejemplo Más Barato por Docena, una comedia con un argumento prácticamente idéntico (excepto por el número de hijos). Dicho eso, es bueno que ese film llegue a nuestra mente mientras vemos a Peretti lidiar con sus problemas, dado que su película es superior en casi todos los aspectos. Que los chistes no abunden o destaquen es perdonable, sabiendo que los disparates hogareños tienen cariño suficiente como para encontrar la atención del espectador. Winograd siempre halla esa atención, dado que vigila bien cada producto, y éste no es diferente. En otras manos, Mamá se Fue de Viaje sería descartada como otra comedia familiar del montón. Pero con entusiasmo, lo nuevo de Winograd se esfuerza para salir del círculo. El director propone su habitual mezcla entre cine hollywoodiense y argentino, y convierte lo evidente en un producto con frescura suficiente como para llegar sonrientes al final.