Crítica | Tres Anuncios por un Crimen (2017)

Martin McDonagh mezcla su violenta comedia negra con un drama enfocado en la propia violencia y en el dolor

Desde que nos entregó la letal Escondidos en Brujas, el director y guionista Martin McDonagh pasó a tener un prestigio importante en el podio de la comedia negra (si, solo con una película). Dicho eso, la importancia de ese prestigio es menor al toparnos con que, realmente, McDonagh significa más que un montón de groserías ingeniosas dibujadas en un circulo de violencia y mal gusto. Efectivamente, su tercera película, Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, se presenta dentro de ese mismo circulo de violencia y enojo, pero es uno del que ni siquiera es posible contemplar la idea de hacer humor. El panorama ya no es el mismo, y si bien no hay nada que detenga a este libreto de encontrar carcajadas, son los temas lúgubres los que perduran; los que persiguen y diseccionan a un conjunto de personajes perfectamente dañados. Entregada a la sed de venganza, esta es una película de cómico realismo, embarcada en la noción de que la violencia provoca violencia. Es incendiaria, hilarante, y fantástica.

La base de esta narración oscura yace en el titulo, haciendo referencia a tres anuncios de carretera colocados por Mildred Hayes (Frances McDormand), una madre desolada de la ficticia ciudad de Ebbing, Missouri (es lógico que McDonagh inventara una ciudad para esto). Con el mensaje «¿Violada mientras moría, y todavía sin arrestos? ¿Por qué Jefe Willoughby?», Mildred coloca los carteles con un simple propósito, exigir justicia para su hija asesinada. Ahora, por mas que Mildred confíe en que los anuncios son una buena idea, el cuerpo de policía no toma el asunto con calma, al igual que el pueblo, que poco a poco sufre el efecto de todo y pasa a convertirse en un completo caos.

La inteligencia que McDonagh ha demostrado para la comedia negra se traduce a su drama, ideando una película completa, cuya narración obedece a diálogos filosos y temas delicados, pero también a los personajes. Los personajes que introduce el meticuloso libreto actúan de maneras que afectan naturalmente las decisiones de todos. Narrativamente, las elecciones que hace el film abordan consecuencias de naturaleza drástica. La bondad y el perdón no son conceptos a explorar. En cambio, la venganza es el único idioma que habla Tres Anuncios, y lo lleva en el pecho como una medalla; la clase de medalla que evita que veamos algo más. Así funcionan los personajes de McDonagh, escondidos bajo una coraza de ira contenida que explota cada vez que abren la boca. Sin embargo, frente a tanta ira, la mejor habilidad del film es hacer que ese enojo esconda la fragilidad de cada personaje. La cinta habla de personas que usan un lenguaje soez y temerario que, en casi todos los casos, sirve como un mecanismo de defensa para ocultar el dolor y los fallos. En hechos, el film es desgarrador, y acumula diversos ejemplos de violencia, tanto verbal como gráfica, pero toda esa faceta solo obedece a lo que este película realmente ofrece: el retrato de un montón de personajes rotos con vidas entrecruzadas y presentes de los que no pueden escapar.

Acompañando al excelente guion de McDonagh, Tres Anuncios garantiza su efecto debido al fuerte elenco que reúne. Entre protagonistas y secundarios, no hay un solo interprete que falle la marca que el director exige. Todos tienen su momento para brillar dramáticamente, y lo que es más importante, la mayoría es capaz de trabajar con la comedia incomoda y oscura que el guion les proporciona. Por supuesto, incluso en un reparto tan sobresaliente hay individualidades para destacar, y las dos que saltan de la página realmente forjan a este film. Frances McDormand deambula a través de un frenesí de emociones orquestadas por el dolor y la impotencia en la piel de Mildred Hayes, un personaje dispuesto a matar por una oportunidad de equilibrar su trágica balanza. Por su parte, Sam Rockwell vuelve a demostrar que el cine de Martin McDonagh le queda como guante. Acá tiene la posibilidad de tocar su lado más inocente, desagradable, dramático y hasta trágico, dado que su personaje, el oficial Dixon, es un espiral de transformaciones ancladas a las acciones de los demás personajes. Por más que no brillen como estos dos, también es necesario subrayar los aportes de Woody Harrelson, Peter Dinklage y John Hawkes, dado que protagonizan varios picos de la cinta. Particularmente Harrelson.

Podrán decir que lo nuevo de Martin McDonagh es controversial, ofensivo y políticamente incorrecto (para los sensibles lo será…), pero no es predecible, barajando consecuencias exactas y justas. No hay nada anticipado o afortunado en este guion, sino que cada decisión y personaje pesa, y conduce por un camino exageradamente atrapante. Tres Anuncios por un Crimen es un iracundo enfrentamiento con el dolor, en el que ni siquiera un gran humor negro puede esconder la verdad acerca de sus dañados personajes. Este violento retrato sobre venganza no trae piedad, y es así como nos empuja a analizar las duras lecciones que tiene para ofrecer.

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