Crítica | Todo el Dinero del Mundo (2017)

El detrás de cámaras eclipsa al film, pero eso no significa que éste sea mediocre

Para que le vamos a dar vueltas, con la atención que ha demandado, es imposible lograr que Todo el Dinero del Mundo supere el drama que sufrió su producción; y confirmado, no lo hace. Lo que se recordará es como Kevin Spacey fue remplazado por Christopher Plummer, como Ridley Scott lideró nuevas filmaciones a solo semanas de estrenar el film y como Mark Wahlberg recibió 1.5 millones de dólares por volver a filmar mientras que Michelle Williams lo hizo gratis. Ahora, que la película no pueda superar su historia, no significa que esta recreación del drama rodeando el secuestro de John Paul Getty III en 1973 no sea sólido. Por lo tanto, llegar interesado en la controversia no significará una gran decepción, la curiosidad será intercambiada por algo de tensión y un drama competente.

Hay dos películas dentro de Todo el Dinero del Mundo, una relacionada con el secuestro que justifica la producción en sí, y otra alrededor de la figura de J. Paul Getty (interpretado por Christopher Plummer), un legendario multimillonario que sirve como el peso de esta narrativa real. El hecho de que Getty se rehusó a pagar el rescate de su nieto, Paul Getty III, es lo que activa este film, y es así como el entretenido thriller se abre paso a través de un libreto competente y una dirección esmerada por parte de Ridley Scott. Sea cual sea el motivo, esta película demuestra que Scott aún trabaja bajo algo más que un piloto automático, y su tacto cubre el suspenso adicional que necesita esta historia. La lucha entre Getty y la madre del secuestrado es la balanza a la que se enfrenta el espectador, presentando un constante entrevero acerca del posible pago del rescate. Presenciar esa disputa y el destino del secuestrado es lo que Todo el Dinero del Mundo tiene para ofrecer, y es suficiente.

Con una introducción artística, amparada por un toque europeo, es posible que Todo el Dinero del Mundo se crea algo que no es, particularmente al principio. Pueden hablarme de la historia del film y de sus actuaciones, pero la realidad es que estamos ante un thriller sencillo, acompañado de hechos históricos para colorear el paquete. Eso es fácil de comprender, de digerir, y es lo que nos conduce a los créditos con cierta satisfacción. Ahora, es difícil evitar la forma en que esta pieza quiere construir un drama que realmente no existe. Ofreciéndonos un prologo, la primera media hora es un desorden de proporciones catastróficas. El montaje mueve la historia en tiempo y lugar sabiendo que todo está desordenado, y lo que muestra peca de innecesario. Adelantando ese tropiezo inicial, lo que resta de las dos horas ordena mejor el material, salta al género de thriller y ve como la clave dramática toma una vida inesperada. No, este no es un biopic de J. Paul Getty, sin embargo, dicho personaje queda plasmado con interés debido a la forma en que la película acaba operando. No hay necesidad de dramas adicionales o concepciones que no están ahí, Todo el Dinero del Mundo es una obra de suspenso y Getty es su villano. ¿Un buen villano? Por supuesto que sí, estando definido por una intrigante y franca forma de pensar.

Este no es el relato habitual de rescate, y tal como captó la atención en la vida real, también lo logra en la pantalla grande. El secuestro de Paul Getty III está compuesto por diversos episodios que giran el libreto, lo que nos mantiene atentos y eventualmente nos pone al borde de la butaca. Ahí nacen los verdaderos elogios, obedeciendo a la confiable tensión que provoca esta historia, dejando que su monotonía o vulnerabilidad quede de lado. Presenciando la forma en que comienza, es sorprendente que los engranajes pasen a recolocarse como lo hacen. Regresando a la dirección de Scott, su trabajo no se ve robótico y su película empuja cierto estilo y tono premeditado. No hay una sobredosis de drama, y no se busca crear suspenso innecesario, por lo que el balance acaba manifestándose. Eso consigue que el proyecto no sea otro más en el largo curriculum de su director.

Pasado el cuidado obvio, la verdadera clase del film proviene de las actuaciones, que si logran superar toda la controversia que las rodea. Para los interesados, sí, todavía quedan minúsculos fragmentos de la participación de Kevin Spacey como J. Paul Getty, pero solo si se mira atentamente. Por lo demás, el aporte de Christopher Plummer es bastante atinado, transmitiendo la parte más terca y avara del personaje. Por supuesto, es raro ver a Plummer en el papel tras todo lo ocurrido, no obstante, la cinta hace un buen trabajo incluyéndolo. Regresando al eliminado Kevin Spacey y la necesidad de volver a filmar sus escenas, es realmente increíble que dichas secuencias hayan sido capturadas en solo 10 días de trabajo. Si, puede que Paul Getty sea una parte pequeña de toda la película, pero sus apariciones tampoco son escasas y su importancia no es menor. Plummer y el personaje acaban elevando el interés en este thriller. Igual de memorable es el trabajo de Michelle Williams como la madre de Paul Getty III, quién parece estar conteniendo las lagrimas en cada uno de los planos. Su personaje demuestra entereza en la situación que vive, y Williams le saca mucho jugo a eso. Combinando el valor de estas actuaciones con el efecto sobrio y cambiante del suspenso, el resultado deja un buen saldo. Uno que no se puede dar el lujo de olvidar los percances detrás de su producción. El detrás de cámaras eclipsa el esfuerzo, esa es la mayor decepción alrededor de Todo el Dinero del Mundo. El resto es funcional, efectivo y hasta recomendable.

 

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