Crítica | Cuando Ellas Quieren (2018)

Un reparto prometedor es desperdiciado en una comedia insignificante y sin propositos

Es decepcionante ver a un elenco de tanta trayectoria desperdiciado en una comedia como Cuando Ellas Quieren, y no solo por la blanda naturaleza de su guion o escasa capacidad para entretener. No, la mayor tristeza proviene de encontrarnos a un grupo de estrellas de glorioso pasado obedeciendo a una novedad moderna y pasajera para crear una película. Más allá de lo que termine siendo, o los detalles que les pueda dar, este film será reconocido como aquel que reúne a Diane Keaton, Jane Fonda, Mary Steenburgen y Candice Bergen para leer el efímero fenómeno literario de 50 Sombras de Gray y ver como el mismo reconduce sus vidas por su atrevimiento. Efectivamente, ese es el disparador de esta comedia ligera, que encuentra a las protagonistas asumiendo sus etapas de vida, haciendo balance y descubriendo que todavía tienen camino por recorrer. Todo admirable y bienintencionado, pero dentro de un libreto poco esforzado, dónde el mediocre disparador es la única particularidad.

Más allá de mi rechazo a las novelas de 50 Sombras de Grey gracias a sus catastróficas adaptaciones cinematográficas, el escaso disfrute de Cuando Ellas Quieren proviene de su falta de peculiaridades. El film no necesita ser especial en ningún aspecto, sin embargo, a falta de chistes efectivos o personajes de los que nos encariñemos, la película simplemente pone su peso sobre un encantador reparto que no recibe material para aprovechar. La lectura de la mencionada novela lanza a las protagonistas en viajes para ordenar sus vidas sentimentales y ese pasa a ser el hilo conductor que, sin ayuda de una comedia sólida, se rompe en el primer acto. El drama de cada personaje puede ser resumido en segundos y la mitad ni siquiera encuentra un norte. Keaton se enfrenta a la posibilidad de un nuevo amor, Fonda tiene un reencuentro, Steenburgen intenta solucionar sus problemas matrimoniales y Bergen aceptar algunas citas luego de una mala pasada en el amor. No hay más complejidad en las situaciones y la ligera naturaleza del asunto pasa a tener un tiempo limite que empieza a correr y se encuentra con la monotonía.

Volviendo al disparador, 50 Sombras de Grey va y viene durante el relato como si estuviera estructurándolo todo, pero eso solo estropea más la armonía, al convertirse (aunque la película no lo quiera) en el argumento incoherente a la orden del día. Por un lado estamos ante una comedia que quiere agasajar a su público con el encanto de su elenco, y del otro vemos a ese talento desperdiciado, haciendo chistes específicos sobre una colección de novelas que realmente no tiene nada que ver con esta historia. No, Cuando Ellas Quieren no plantea una trama dónde sus protagonistas descubren el mundo del sadomasoquismo (principal particularidad de 50 Sombras)sino que todas ellas ven sus vidas amorosas desde otro angulo. Bueno, soy capaz de aceptar eso, el problema es que el relato ni siquiera tiene en cuenta ese pensamiento al fabricar la trama. Para empezar, la percepción de los personajes de Keaton y Fonda no cambia a partir del libro, sino que sus conflictos provienen de pura casualidad y se resolverían de la misma manera.

No busco demasiada complejidad en una ligera oferta como Cuando Ellas Quieren, es por eso que tampoco es un calvario mirarla. El elenco es carismático y se aprecia verlo dialogar durante algunas escenas, aunque merece algo más. Cuando una comedia te deja pendiente de que sus posiciones de cámara están rompiendo el eje audiovisual es porque algo anda mal. Así pasan 100 minutos cuyo despropósito pesa demasiado como para taparlo por un manto de buenas intenciones.

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