Vístanse de negro
Al final de la primera Hombres de Negro veíamos a K, el personaje interpretado por Tommy Lee Jones, decidiendo pasar página, dispuesto a renunciar a la organización secreta del título tras haberlo visto todo. Pero por supuesto, ese sentimiento no se reflejó en los espectadores, que pasaron a recibir dos secuelas, una lógica en 2002, y otra más rebuscada en 2012. Aunque pasables, su descenso en calidad volvía a lo que proponía el mismo Jones en 1997, que quizá no quedaba demasiado por develar, pasando a encontrar pocas peculiaridades de interés en este mundo tan prometedor. Con menos ideas, la rareza quedó en segundo plano, y lo que había sido un imperfecto submundo extraterrestre se convertía en una plataforma para hacer superproducciones con más brillo. Ahora, ningún instante de la trilogía original de Hombres de Negro había lucido un brillo tan reluciente y vacío como el blando reinicio de MIB: Internacional, una película interesada en revitalizar su franquicia sin explotar o entender sus fuertes. Confirmando que no queda más para descubrir, esta secuela recicla el envoltorio, coloca personajes insulsos y espera que la energía se manifieste a partir del reparto y un universo completamente desaprovechado.
Es interesante que MIB: Internacional se posicione como reinicio para la franquicia, ya que un proyecto de esa clase debería, bueno, reiniciar dicha serie. Eso involucra ideas frescas y creatividad, aunque también se trata de presentar el concepto a un nuevo público. Realmente, esta cuarta parte no exige que hayamos visto las entregas anteriores, sin embargo, las mismas son una necesidad al recibir un delgado tratamiento del mundo que debería resaltar. Pueden olvidar las métaforas y verdaderas rarezas de Hombres de Negro, porque la gran novedad aquí es la llegada de dos protagonistas nuevos. Suplantando a los icónicos Will Smith y Tommy Lee Jones, Tessa Thompson y Chris Hemsworth entran en escena como los nuevos agentes detrás de los conflictos extraterrestres en la Tierra. Thompson interpreta a M, una principiante con especial interés en la vida alienígena y Hemsworth a H, un legendario agente con un ego desmedido y una serie de métodos poco ortodoxos para cada aprieto. Esa es la pareja dispareja en la que se apoya el film a medida que no se complica y se reduce a una aventura entre países con escala engañosa.
El título indica la falta de creatividad en escena al marcar la colección de locaciones internacionales como gran novedad para la franquicia. Sí, realmente es una novedad aquí, pero que sea la única habla muy mal de todo lo que se orquesta para poder visitar esas mencionadas locaciones. La nueva MIB salta de Londres a Paris como si saltara de A a B. Miles de aventuras han probado el estilo trotamundos en el pasado, pero no sirve de nada moverse de un lugar a otro cuando lo que ocurre en cada país es más y más decepcionante. Si me enfoco tanto en lo global de esta entrega es porque realmente no hay mucho más que la identifique, al menos nada que sus predecesoras no hayan hecho antes. Las figuras de Thompson y Hemsworth son excelentes fichajes aquí, ahora, MIB: Internacional es la clase de película que arruina a una dupla tan ideal como esa. La química y carisma entre los protagonistas no supera al cansado material, lo que provoca una seria falta de disfrute. El humor se siente obvio, descafeinado y blando, logrando que la trama quede a la vista como una constante suma de desvíos antes del climax. Un climax que, por su parte, resulta sorprendentemente corto e insípido.
Incluso en las secuelas pasadas, Hombres de Negro había podido aguantar dos elementos: el choque entre sus personajes, algo que no da juego aquí, y la creatividad de su mundo. Es obvio que Hombres de Negro 3 ya había perdido parte de ese encanto, es solo que la nueva entrega va más lejos. Lo que alguna vez fue una inspirada idea acerca de la inmigración interplanetaria en la Tierra se reduce al encuentro de dos o tres extraterrestres disfrazados de humano, uno para cada país en el caso de este film. Frente a las infinitas posibilidades, MIB; Internacional ejerce una limitación extrema sobre cualquier horizonte, haciendo que cada argumento o personaje sea un calco de lo que vino antes, solo que empobrecido. Decir que la mejor idea en Hombres de Negro se reduce a una mujer con un tercer brazo en la espalda (uno de los pocos alienígenas protagonistas) representa la completa falta de interés en este film. Las características son notoriamente blandas, filmando un libreto más interesado en hacer los deberes que usar la imaginación. Ni siquiera se trata de agotamiento, porque su primer acto propone las ofensas desde el principio. Para ello si hay creatividad, teniendo que convivir con un incoherente y fugaz montaje de entrenamiento para Thompson o la abismal inclusión de un youtuber (éste cambia según la región en la que veas el film) para intentar captar más público. Eso último aclara los intereses aquí.
Con espacio para creatividad pero sin energía para pensar en elementos que revivan la franquicia, MIB: Internacional choca en el despegue al no poder justificar su existencia. Ni siquiera el director F Gary Gray, quien reemplaza al veterano de la serie, Barry Sonnenfeld, parece interesado como antes. Incluso su acción, que funciona según The Iltalian Job y Rápidos y Furiosos 8, es insulsa; principalmente por estar enfocada en artefactos relucientes y locaciones generalmente vacías. Por lo tanto, sin acción, humor, ideas o material para su prometedor reparto, este reinicio es más parecido a un cierre, el final de una franquicia de infinitos confines que se desploma al sucumbir a la pereza. A falta de energía, MIB: Internacional le propone al espectador que se vista de negro, porque actúa como si su franquicia ya estuviera muerta.